Más del 70 % de las personas con discapacidad sufrieron violencia durante la infancia y la adolescencia

Un estudio reciente del Ministerio de Juventud e Infancia de España revela datos alarmantes: más del 70 % de las personas con discapacidad han sufrido violencia física o psicológica durante su infancia y adolescencia. 

El informe, elaborado por Sigma Dos a partir de más de 9.000 respuestas de jóvenes adultos (entre 18 y 30 años), indica que las personas con discapacidad son el colectivo más afectado por distintos tipos de violencia.

Algunas cifras clave:

• Violencia psicológica: 71,9 % de las personas con discapacidad la sufrieron.

• Violencia física: 71,1 %.

• Violencia sexual: 58,8 %.

• Violencia por negligencia: 49,9 %.

• Violencia digital: 50,2 %.

El estudio también destaca que muchas de estas personas continuaron sufriendo violencia en la edad adulta, especialmente en el caso de la violencia psicológica.

Por qué es tan grave

Estos datos no son solo números: representan historias de dolor, abandono y desprotección que en muchos casos no han sido reconocidas ni acompañadas como merecen. Cuando un niño o una niña con discapacidad sufre violencia, las barreras ya existentes —físicas, comunicativas o sociales— agravan aún más las consecuencias.

La violencia puede provenir del entorno familiar, escolar, de amistades, o incluso del ámbito digital, donde las personas más vulnerables a menudo tienen menos recursos para defenderse o denunciar.

Desde Amputats Sant Jordi expresamos nuestra profunda preocupación ante estos datos. Creemos que cada porcentaje es una llamada de alerta: como sociedad no podemos permitir que tantas personas con discapacidad vivan su infancia o adolescencia marcadas por el miedo, el abuso o la violencia.

Consideramos imprescindible:

• reforzar los programas de prevención y detección de violencia específica hacia personas con discapacidad, especialmente desde el ámbito educativo;

• garantizar apoyos especializados y accesibles para quienes han sufrido violencia, incluyendo asistencia psicológica, legal y social adaptada a sus necesidades;

• formar a profesionales de todos los ámbitos (educación, salud, servicios sociales, justicia) en el abordaje de la violencia con perspectiva inclusiva;

• impulsar políticas públicas que reconozcan esta realidad como una prioridad en la garantía de los derechos de la infancia y de las personas con discapacidad.

Los datos demuestran que la violencia durante la infancia y la adolescencia es una realidad demasiado común para las personas con discapacidad. No basta con hablar de accesibilidad física o inclusión educativa: es urgente también proteger su integridad emocional, psicológica y física.

Desde Amputats Sant Jordi, nos comprometemos a seguir trabajando y alzando la voz para cambiar esta realidad. Todos los niños y niñas, con o sin discapacidad, merecen crecer sin miedo, con respeto y con dignidad.